Obtener una visa para emigrar a los Estados Unidos y adquirir la residencia permanente es un proceso que muchos encuentran complejo, ya que implica varios pasos y requisitos legales. A continuación, te presentamos una guía para comprender mejor qué hacer y cuáles son las opciones disponibles si deseas convertirte en residente permanente de este país.
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Visa de Familia (Familiares Directos y Preferencias Familiares): Disponible para personas con parientes cercanos en EE. UU., como padres, hijos, cónyuges o hermanos que sean ciudadanos o residentes permanentes. Los tiempos de espera varían según el grado de parentesco.
Visa por Empleo: Permite a una empresa estadounidense patrocinar a un profesional extranjero. Estas visas están destinadas a trabajadores con habilidades extraordinarias, profesionales, personas con experiencia avanzada y trabajadores no especializados. Es una excelente opción para quienes buscan nuevas oportunidades laborales.
Lotería de Visas: Se otorga anualmente a personas de países con baja tasa de inmigración a EE. UU. Los seleccionados tienen la oportunidad de obtener la residencia permanente sin necesidad de un patrocinador.
Visa para Inversionistas (EB-5): Diseñada para empresarios que deseen invertir en la economía de EE. UU. y crear empleos. Esta visa permite a los inversionistas y a sus familias obtener la residencia permanente a cambio de una inversión significativa.
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Requisitos generales para solicitar la residencia permanente en EE.UU. 726v61
Independientemente de la categoría de visa seleccionada, los solicitantes deben cumplir con ciertos requisitos básicos, entre los que se incluyen:
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Antecedentes penales limpios: Un historial legal limpio es fundamental, ya que ciertas condenas pueden descalificar a los solicitantes.
Pruebas de salud y vacunación: Los aspirantes deben someterse a un examen médico y presentar pruebas de vacunación según las pautas de salud establecidas.
Apoyo financiero: Se debe demostrar que el solicitante y su familia no dependerán de la asistencia pública en EE. UU. Esto se logra generalmente mediante una carta de patrocinio firmada por un familiar o empleador.