Dos siglos después del sueño bolivariano de una América unida, las naciones latinoamericanas siguen debatiéndose entre la integración y el aislamiento. Michel Capelo Portillo, descendiente directo de Simón Bolívar, aseguró que la única manera de salvar la identidad continental es retomando con seriedad las ideas del Libertador. “Hasta el último día que yo respire, trabajaré por promover la integración de la región. Si no lo logramos, dentro de un siglo nuestra identidad habrá desaparecido”, afirmó.
Capelo reconoce avances en la región, pero también profundas contradicciones. “Nuestra América ha sido culturalmente diversa desde antes de 1492. La idea de que estábamos unidos es una ilusión. La llegada de los españoles trajo una primera consolidación: una fe, un idioma, un sistema. Pero rompió con procesos que ya venían gestándose en los pueblos originarios. Y eso ha marcado nuestra historia”, explicó.
Frente a la comparación constante con naciones europeas o asiáticas, el también investigador llama a contextualizar. “Cuando nos dicen que América está atrasada, yo pregunto: ¿atrasada con respecto a qué? Cuando Gran Bretaña tenía 200 años de fundación, ¿estaba más avanzada que nosotros hoy? Posiblemente no. Somos repúblicas muy jóvenes, y no nos comparamos con procesos históricos equivalentes”.
Simón Bolívar como bandera política
Para Capelo, el gran desafío sigue siendo político. “Los países fuertes se construyen con trabajo y con mentes brillantes. Hay que generar una economía real de integración, pero también preservar nuestra identidad ante la influencia extranjera”. En ese sentido, señaló que muchos líderes utilizan el nombre de Bolívar para justificar sus actos, lo que considera peligroso. “Hay que separar al Libertador de la política partidista. Muchos no son líderes, son delincuentes en el poder. Bolívar hubiera aplicado la ley marcial a quienes roban los dineros públicos. Para él, el poder era servicio, no privilegio”.
¿Y cómo se lleva el peso de ser descendiente de una figura tan monumental?
“Es una carga emocional. Uno debe ser y parecer. La sangre no se cambia. Pero también es una oportunidad de servir. Y eso es lo más grande que puede hacer un ser humano”, respondió. “Es una carga emocional. Uno debe ser y parecer. La sangre no se cambia. Pero también es una oportunidad de servir. Y eso es lo más grande que puede hacer un ser humano”, respondió.
Capelo insiste en que la educación es la herramienta fundamental para alcanzar el sueño de Bolívar. “Disciplina, educación y trabajo. No basta con repetir discursos. Hay que vivir en coherencia con lo que uno dice. La congruencia es la base de todo”.
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