Un factor muy importante a la hora de tener sexo es el calentamiento. Las zonas erógenas te ayudarán a que esta etapa sea muy placentera. Éstas son las partes del cuerpo en las que se concentran un mayor número de terminaciones nerviosas y por lo tanto son más propensas a la excitación. 1i10f
Aunque para la mayoría de los hombres su “única” zona erógena es su pene, puedes hacer que tu chico se dé cuenta de lo contrario. Estimulando sus principales zonas erógenas lo volverás loco.
Pero ¿Cuáles son estas zonas sensibles? A continuación 10 áreas que harán que tu chico pierda la cabeza:
El frenillo
Es la pequeña perilla de carne donde el glande se conecta con su eje. La razón por la que se considera un botín de excitación es porque se juntan muchos nervios en ese punto.
Los muslos
La parte inferior de los muslos es muy sensible para ellos. Puedes acariciarlo suavemente hasta acercarte a su pene ¡ya verás cómo se excita!
Los testículos
Puedes acariciar suavemente con la yema de los dedos el pliegue arrugado que separa ambos testículos. Si lo haces con cuidado de no lastimarlo el placer correrá de arriba abajo a lo largo del escroto.
Las orejas
Las orejas son muy sensibles. Las puedes acariciar, besar o mordisquear. Puedes acompañarlo de un pequeño susurro de lo que quieres hacer con él.
El glande
Es la zona erógena por excelencia, es ahí donde se encuentran los nervios sexuales masculinos. Al ser bien estimulada causa un placer inmenso. El sexo oral es la mejor forma para estimularlo.
El perineo
La parte que se encuentra entre el pene y el ano, es súper sensible. Tan sólo con presionarlo suavemente puedes inducir una erección y si le das unos simples golpecitos lo llevarás al cielo.
Los talones
Entre el talón y el tobillo hay un hueso que es de enorme presión, está vinculado a los órganos sexuales. Al presionarlo causarás una placentera sensación.
Los pezones
Esta parte del cuerpo hará que desarrolles tu creatividad. ¡Puedes hacer de todo! Besarlos, lamerlos, succionarlos, acariciarlos y más. Puedes empezar suavemente y luego aumentar la intensidad de acuerdo a sus reacciones.
El cuello
Los besos en el cuello son riquísimos. Puedes complementar con suaves caricias y si eres un poco más dominante lo puedes morder ¡Ojo con los chupetes!
El labio inferior
La pequeña curva que se encuentra entre el labio inferior y la barbilla está llena de receptores nerviosos. Al pasarle la punta de tu lengua lo volverás loco.