El heroísmo de un 10 de noviembre de 1821, se solidificó en un grito de protesta de todo un pueblo por la esclavitud de más de tres siglos y la lucha que sufrió un país entero por su liberación del imperio español. 6r2y3m
¡Viva la Libertad!, fue el Primer Grito que atendieron los istmeños reunidos en La Villa de Los Santos de una mujer llamada Rufina Alfaro, oriunda de Las Peñas.
El abuso continuo de las autoridades españolas y la molesta situación económica, fueron una de las causas que originaron el principio de la frustración de todos los panameños y el sentimiento de independencia de la corona española.
Esto, provocó un proceso de alzamientos en varios puntos del país sin ninguna gota de sangre, entre ellos, Parita, Las Tablas, Penonomé, Ocú, Natá de los Caballeros, San Francisco de Veraguas y Alanje en Chiriquí.
Aunque no existe un documento que compruebe o niegue la existencia de Rufina Alfaro, la tradición la visualiza como la heroína santeña.
El anhelo de ser libre fue atendido por Don Segundo Villarreal quien armó un grupo de voluntarios con deseos de liberación y dispuestos a dar la vida para presionar a los españoles a que procedieran con la decisión de la separación.
Dicho acto, logró la base de la independencia luego de un Cabildo Abierto.
Es por esto que el 10 de noviembre de 1821 se considera como un día de antecedente y consecuencia directa para declarar la independencia.
El acto central es en La Villa de Los Santos, pero la celebración se lleva a cabo en todo el país.
FUENTE: Karolina Ortega