Panamá enfrenta una nueva y preocupante amenaza, la expansión del Tren de Aragua. Carlos de Icaza, excomisionado de la Policía Nacional, ofreció una perspectiva sobre el poderío y el alcance de esta organización criminal.
Modus operandi del Tren de Aragua
Su análisis destacó un patrón preocupante, la banda delictiva no solo opera en la clandestinidad, sino que también se enfrenta abiertamente al Estado, atacando incluso a oficiales de policía.
Según de Icaza, esta audacia podría influir en la delincuencia local. “Los criminales criollos podrían modelar sus acciones siguiendo el ejemplo del Tren de Aragua”, advirtió.
Este cambio de paradigma es alarmante, ya que en Panamá las organizaciones criminales tradicionalmente han evitado el conflicto directo con las autoridades.
La clave para erradicar al Tren de Aragua, según el excomisionado, radica en una estrategia de inteligencia que permita identificar sus conexiones dentro de Panamá. “Tienen que estar vinculados con alguien de aquí. Hay que detectar esas conexiones y expulsar a esos individuos del país”, enfatizó.
Sin embargo, la complejidad de las relaciones entre Panamá y Venezuela plantea retos adicionales.
También planteó dudas sobre la sostenibilidad de las estrategias de seguridad implementadas. “Sacar a policías a la calle puede funcionar temporalmente, pero debemos preguntarnos cuánto tiempo se puede mantener esa presión. Eventualmente, habrá un desgaste en las unidades de seguridad”, advirtió
Con un enfoque en la seguridad, la atención de las autoridades panameñas se dirige hacia el control fronterizo y la identificación de individuos vinculados a organizaciones criminales. La lucha contra el Tren de Aragua requerirá no solo acción inmediata, sino también una planificación a largo plazo para evitar que se establezca en el país.