La polémica en torno a la minería en Panamá no terminó con el fallo de la Corte Suprema que declaró inconstitucional el contrato entre el Estado y Minera Panamá. Para Raisa Banfield, arquitecta y activista ambiental, el tema de fondo sigue vigente: “Lo que nos mueve a mantenernos apegados al cumplimiento del fallo, más allá del contrato, es la ciencia y la ley. Panamá no tiene la suficiente biocapacidad para sostener a una de las industrias más contaminantes del planeta en un territorio tan vulnerable”, afirmó.
"Plan de gestión minera es una apertura encubierta que viola el fallo de la Corte"
Aseguró que la reactivación de la mina, bajo el nombre de “plan de gestión segura”, representa una “apertura soslayada” que contradice el espíritu del fallo de la Corte y de la moratoria minera vigente. Además, denunció la falta de transparencia: “No ha habido auditoría ambiental ni financiera. No sabemos cuánto mineral se extrajo ni el valor de ese recurso, que es del Estado panameño”.
En lugar de persistir con un modelo extractivo, Banfield propone transformar la zona afectada en Donoso mediante ordenamiento territorial, restauración de cuencas, agroproducción y aprovechamiento logístico del puerto.
Oportunidades de desarrollo más allá de la minería
También destacó el potencial económico de actividades como el ecoturismo y la observación de aves: “Es una industria que genera más de 63 mil millones de dólares en el mundo. Panamá tiene esa riqueza, pero no la estamos usando”.