El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, aseveró este miércoles que el país "no quiere paros ni huelgas" ante el paro indefinido impulsado por los sindicados docente y obrero en contra de varias iniciativas del Estado, entre ellas la reforma a la seguridad social ya vigente.
El presidente panameño alegó que "esto es triste, pero creo que este país no quiere paros (ni) huelgas" y consideró que Panamá "está necesitando trabajar, que los estudiantes estudien regularmente" y que se combata "esa brecha entre escuela privada y pública".
Los sindicatos docentes del sector público iniciaron el pasado 23 de abril una huelga indefinida de labores contra la reforma de la seguridad social, una convocatoria que se ha cumplido de manera irregular y con el rechazo del Gobierno, que ha llamado a las familias a llevar a sus hijos a las escuelas y advertido de consecuencias legales como retenciones de salarios y hacer nuevos nombramientos.
Acuerdos con EEUU 442y2g
Al paro docente se sumó está semana el sindicato de la construcción Suntracs, el mayor del país, y desde el pasado martes grupos de manifestantes han marchado por las calles de manera pacífica para mostrar su rechazo a la reforma del seguro social, contra los planes del Gobierno de negociar con una empresa canadiense cuya explotación minera fue inhabilitada al ser el contrato de concesión inconstitucional, y contra un controvertido acuerdo de seguridad con Estados Unidos.
Mulino ha mostrado en otras ocasiones su rechazo a las huelgas iniciadas por los sindicatos al considerar que no hay argumentos suficientes y que su modelo de paro está obsoleto en el tiempo. También ha atacado públicamente a ese poderoso sindicato al calificarlos como delincuentes y mafiosos.
El presidente, quien ha forjado su imagen de "mano dura" y "hombre fuerte", tildó a la principal universidad pública del país como una "trinchera política" y "guarida" donde los estudiantes parecen "terroristas", pues el campus es un epicentro de protestas violentas por parte de encapuchados.
Las críticas de Mulino han provocado la furia de las autoridades académicas, que llamaron a hacer una manifestación el próximo martes.