La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), arranca oficialmente este martes en Lisboa, en la víspera de la llegada del papa Francisco quien a sus 86 años y pese a su frágil salud, se espera reúna a más de un millón de creyentes estos días.
Las autoridades locales prevén una afluencia de unos 300.000 fieles a este primer encuentro, mientras se espera que alrededor de un millón de peregrinos asistan a la misa final que celebrará el papa el domingo, en un antiguo vertedero situado en un barrio cercano a la capital.
Esta visita papal de cinco días movilizará a 16.000 efectivos de seguridad, protección civil y urgencias médicas, y varias carreteras y estaciones de metro cerrarán, además de restablecerse excepcionalmente los controles fronterizos con España.
Los diferentes grupos van coloreando las calles de Lisboa, especialmente cerca de las principales iglesias de la ciudad, donde los voluntarios, portando camisetas amarillas, han ido recibiendo a los primeros peregrinos.
El miércoles, día de su llegada, el papa realizará su primer discurso ante las autoridades del país y el cuerpo diplomático, mientras que el jueves y viernes se reunirá con grupos de jóvenes y voluntarios.
El sábado pasará la mañana en el célebre santuario de Fátima, situado 130 km al norte de Lisboa, donde ya estuvo en 2017, y participará en una gran vigilia en un parque en la capital antes de presidir la misa final el domingo.
Aunque el Vaticano no lo ha confirmado de forma oficial, de acuerdo con la Conferencia Episcopal portuguesa, el papa debería mantener un encuentro en privado con víctimas de agresiones sexuales a menores cometidas por del clero portugués, seis meses después de que se publicara un impactante informe sobre el tema.
Según la investigación realizada por una comisión de expertos independientes, por encargo de la jerarquía católica portuguesa, al menos 4.815 menores fueron víctimas de violencia sexual en el seno de la Iglesia desde 1950.
FUENTE: AFP