El balance de víctimas se eleva a once muertos este jueves en Emilia-Romaña, región del noreste de Italia donde las inundaciones dejaron localidades devastadas y miles de explotaciones agrícolas afectadas.
Once personas fallecieron, según un nuevo balance presentado en la tarde del jueves por las autoridades, y más de 10.000 tuvieron que abandonar sus hogares.
Con "seis meses de lluvia en 36 horas" y "precipitaciones récord" desde hace dos semanas, "ningún territorio puede resistir", lamentó Stefano Bonaccini, presidente de la región de Emilia-Romaña.
El agua cubrió inmensas superficies agrícolas destruyendo los cultivos, pueblos enteros sufrieron el paso de la fangosa crecida, algunos puentes se derrumbaron y 400 carreteras se hundieron.
Los destrozos podrían llegar a costar miles de millones de euros, a los que se añaden 2.000 millones (unos 2.150 millones de dólares) por las inundaciones sufridas al comienzo del mes.
La lluvia se detuvo a media tarde el miércoles y los meteorólogos no prevén precipitaciones significativas este jueves.
La alcaldesa de Rávena, Michele De Pascale, indicó el jueves que aunque los habitantes de ciertas localidades evacuadas podrían volver a sus casas, otros tendrían que partir por la amenaza de rotura de algunos diques de contención.
En los lugares donde las aguas estaban disminuyendo, los habitantes limpiaban casas y calles cubiertas de barro y escombros.
"Vivo aquí desde 1979, he visto inundaciones, pero nunca nada igual", dijo a AFP Edoardo Amadori, un habitante de la ciudad de Cesena.
Para las autoridades y los expertos, estas catástrofes serán habituales. "Nada será como antes, porque este proceso de tropicalización que sube de África también afecta a Italia", advirtió el miércoles el ministro de Protección Civil, Nello Musumeci.
FUENTE: AFP