A tres semanas de las presidenciales, los candidatos han comenzado a explicar a los portugueses sus proyectos para el país, aunque la mayoría han coincidido en que el gran rival a batir es el centro-derechista Marcelo Rebelo de Sousa. 212y3h
La precampaña comenzó este año con una larga ronda de debates televisivos, hasta 23, entres los 10 aspirantes a la jefatura del Estado para sustituir al conservador Aníbal Cavaco Silva, que ha agotado el máximos de mandatos (2006-2011 y 2011-2016).
El excomentador televisivo Rebelo de Sousa, respaldado por el centro-derecha, parte en las encuestas como el gran favorito con más del 50 % de los sufragios en los comicios del 24 de enero, situación que le llevaría evitar una segunda vuelta.
De verbo fácil y trato agradable, el objetivo del antiguo líder del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) es evitar precisamente ese segundo turno en el que podría verse perjudicado por una unión de las izquierdas.
Hoy mismo, en un acto de precampaña en las afueras de Lisboa, hizo un guiño al sector progresista del país con una declaración sobre los inmigrantes.
"No hay prácticamente ninguna figura procedente de la comunidad inmigrante que esté en el Parlamento, en el Gobierno, en el patronato, sindicatos o en el poder local", lamentó el candidato, de 66 años y catedrático de Derecho.
Sobre la candidatura de Rebelo de Sousa pende el fantasma de las elecciones de 1986, cuando el candidato del centro-derecha, Diogo Freitas de Amaral, se quedó a pocos votos de evitar el segundo turno, en el que perdió ante el socialista Mário Soares.
La cohabitación con el primer ministro, el socialista António Costa, es otro de los potenciales focos de tensión apuntados, en caso de que el conservador Rebelo de Sousa gane, sobre todo si se tiene en cuenta la difícil relación de Cavaco Silva con jefes de Gobierno socialistas.
No obstante, Rebelo de Sousa ya ha aclarado que su mandato será mucho más ponderado que el de su antecesor e incluso ha elogiado a Costa en temas polémicos como el rescate del banco Banif.
En Portugal, los aspirantes a la presidencia del país se presentan con candidaturas independientes, aunque luego los partidos políticos realizan o no recomendaciones de voto.
Entre el resto de los candidatos, destacan la exministra de Sanidad Maria de Belém y el antiguo rector universitario António Sampaio da Novoa, ambos de la izquierda moderada, aunque sin recomendación de voto del Partido Socialista, que optó por "abstenerse" en estos comicios.
Rebelo de Sousa "es un agitador que no convive bien con la serenidad que el cargo exige. La notoriedad de Marcelo puede no traducirse en votos", ha alertado Maria de Belém, que parte con cerca del 18 % de los apoyos, según las encuestas, por delante de Sampaio da Novoa (en torno al 15 %).
Por detrás, les siguen la carismática eurodiputada del Bloque de Izquierda -hermanado con Podemos y Syriza en la UE- Marisa Matías y el antiguo sacerdote y dirigente comunista Edgar Silva.
Sin apoyo de partidos se presentan el resto de candidatos, entre ellos Paulo de Morais, vicepresidente de una asociación cívica anticorrupción, y Henrique Neto, empresario y antiguo diputado socialista.
El psicólogo y tertuliano Jorge Sequeira, el médico y ex dirigente regional del Partido Socialista Candido Ferreira y el que fuera concursante de varios "reality shows" Vitorino Silva (conocido popularmente como "Tino de Rans") completan la lista.
Nunca en los 40 años de democracia lusa se habían presentado tantos candidatos.
A diferencia de otras democracias europeas, como la alemana o la italiana, la elección del jefe de Estado tiene especial relevancia en Portugal.
Por ser un régimen parlamentario semipresidencialista, el presidente tiene poder de vetar leyes, de llamar a los partidos para formar Gobierno, convocar elecciones e incluso disolver el Parlamento. EFE
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FUENTE: EFE