La cantante Malú vive una etapa muy gratificante, ya que además de haber vuelto a la televisión por todo lo alto con su nuevo papel de ista en el programa musical 'Mask Singer', todo ello tras recuperarse por completo de una convalecencia ligada a la hernia discal que le fue detectada recientemente, la intérprete está sacando el máximo partido a las bondades de la maternidad gracias a la compañía constante de su pequeña Lucía, fruto de su sólida relación con el expolítico Albert Rivera.
Eso explica que, ayer miércoles, la artista no pudiera dejar de sonreír mientras hablaba en el espacio nocturno 'El Hormiguero' sobre lo mucho que le ha cambiado la vida tras recibir a su niña el pasado mes de junio. En ese sentido, cada vez que regresa a casa tras un día de duro trabajo, o cuando termina de dedicarse a sus compromisos profesionales de forma telemática, su pequeña le ayuda a desconectar por completo de las obligaciones con solo un abrazo.
"Además es que cuando se me echa en el cuello es... Es que me muero. Se acaba el día, el planeta, la vida, los teléfonos. En la vida he dejado el teléfono tanto de lado como ahora, es que como estoy con mi hija, se me olvida todo, vaya", ha presumido sobre el efecto tan reconfortante y gratificante que se desprende de un gesto de amor procedente de su hija.
Teniendo en cuenta que Malú ha pasado este año más tiempo en casa del que en principio tenía previsto, debido a su embarazo, al período de confinamiento derivado de la crisis del coronavirus, a su proceso de recuperación tras el parto y a la mencionada lesión, resulta comprensible que la estrella de la música estuviera necesitada de abrazos, besos y otras señales de afecto por parte de sus seres más queridos.
"Me apetece mucho abrazar, abrazar a mi familia, coger a mi sobrino pequeño y comérmelo a besos", ha asegurado en su entrevista sobre lo mucho que echa de menos el o físico y dedicar tanto tiempo como antaño a sus familiares y amigos más cercanos.
FUENTE: SHOWBIZ