El nuevo libro de memorias de Woody Allen ha colocado en una posición muy incómoda al actor Timothée Chalamet, el protagonista de la última película que el famoso director rodó antes de que el renovado interés público por las acusaciones que su hija Dylan había realizado en su contra décadas atrás, asociado al nacimiento del movimiento #MeToo, pusiera en jaque su carrera.
El joven fue uno de los muchos intérpretes que le dieron la espalda al cineasta y, en su caso, decidió mostrar su apoyo a Dylan -que sostiene desde la infancia que su padre adoptivo abusó sexualmente de ella cuando tenía siete años- donando el dinero que había ganado en la mencionada cinta, 'A Rainy Day in New York'.
Sin embargo, Allen afirma ahora en su libro de memorias que todo fue una maniobra publicitaria y que, en privado, Timothée se aseguró de que él supiera que solo estaba tratando de distanciarse de su figura para no dañar su imagen pública de cara a la temporada de premios.
"Los tres actores principales del filme (Timothée, Elle Fanning y Selena Gomez) era excelentes y resultó un placer colaborar con ellos", afirma Allen. "Más tarde Timothée dijo públicamente que se arrepentía de haberse puesto a mis órdenes, pero le juró a mi hermana que solo lo había hecho porque estaba nominado a un Óscar por 'Llámame por tu nombre', y su agente y él creían que sus oportunidades de ganar aumentarían si renegaba de mí, así que lo hizo".
Sorprendentemente, el realizador no parece guardarle ningún rencor ni a Timothée ni a Selena, que también entregó su salario por el filme a la asociación Time´s Up, aunque en su caso lo hizo de manera discreta y sin realizar declaraciones acerca de su decisión.
"De cualquier manera, yo no me arrepiento de haber trabajado con él y, desde luego, no pienso devolver mi dinero", ha alegado.
FUENTE: SHOWBIZ