A finales de la década de los noventa el director Paul Thomas Anderson y la cantante Fiona Apple formaron una de las parejas de moda en la meca del cine que, además, colaboraba en el plano profesional: él dirigió varios de los videoclips de su entonces novia y ella compuso el rap que aparece en su película 'Magnolia', además de servir de inspiración para uno de los personajes.
La compositora se ha sincerado acerca de su antigua relación en una nueva entrevista a la revista The New Yorker para reconocer que, de puertas para dentro, no todo era tan idílico como pudiera parecer. A lo largo de la conversación, ella recuerda su romance como "caótico y violento" y describe al cineasta como una persona "crítica y despectiva", aunque aclarando que jamás la golpeó y que no descarta que haya cambiado desde su ruptura.
En esos años, ambos consumían éxtasis y cocaína con frecuencia, hasta que una noche en casa de Quentin Tarantino consiguió que ella acabara aborreciendo para siempre la segunda de esas dos sustancias. Aquella experiencia, que ella define como "insoportable", consistió en verse atrapada en la misma habitación que Anderson y Tarantino mientras ellos -que estaban en pleno subidón- alardeaban de sus conocimientos sobre el séptimo arte en una conversación interminable.
"Todo adicto debería de encerrarse al menos una vez en la vida en una sala de cine con Tarantino y Paul puestos de cocaína hasta arriba, y te aseguró que jamás volverían a consumir", ha bromeado ella.