El estrés de preparar una cena copiosa y reunir bajo un mismo techo a personas que durante el resto del año apenas pasan tiempo juntas puede suponer un verdadero desafío incluso para las familias mejor avenidas, pero en el caso de la actriz Anna Faris, la suya estuvo a punto de no sobrevivir literalmente al día de Acción de Gracias que se celebró el pasado jueves en Estados Unidos.
Según ha desvelado ahora a través de su cuenta de Twitter, los servicios de emergencia tuvieron que acudir a la propiedad que había alquilado junto a los suyos cerca del lago Tahoe, en las montañas de Sierra Nevada, tras recibir una llamada alertando de que un grupo de 13 personas estaba sufriendo un mal de altura más agudo de lo normal.
En un principio solo dos personas presentaron unos síntomas lo bastante preocupantes como para que fueran trasladadas al hospital, pero una vez allí se les sometió a una serie de pruebas que determinaron que los mareos que habían experimentado se debían a una intoxicación de monóxido de carbono.
Tras conocer esa información, los bomberos regresaron rápidamente al lugar donde se encontraban la intérprete y sus seres queridos para llevar a cabo una inspección que desveló que los niveles de monóxido de carbono en el interior de la vivienda eran seis veces superiores al máximo recomendado y que no había instalado ningún detector.
El jefe del departamento de bomberos ha afirmado que Anna y sus acompañantes, entre los que no se encontraba su hijo de 7 años porque pasó esa festividad con su padre Chris Pratt, tienen suerte de seguir con vida.
Por su parte, ella les ha expresado su agradecimiento eterno a través de un tuit en el que ha asegurado que se trató de una "historia muy es**pida y dramática", pero que se siente muy afortunada de que todo quedara en un susto.
FUENTE: SHOWBIZ