Aunque se haya dado a conocer por sus dotes interpretativas o por su ya extinto pero mediático matrimonio con el también actor Tom Cruise, lo cierto es que la actriz Katie Holmes ha preferido ahora revelarse ante la opinión pública como una ferviente aficionada al baloncesto que, al igual que muchos deportistas profesionales, no se olvida de seguir ciertos "rituales" cada vez que su equipo favorito se prepara para saltar a la cancha. x5q
"Me encanta el baloncesto, sobre todo el de las ligas universitarias. Nunca me olvido de rezar y de hacer mis rituales antes de cada partido para ayudar en lo que pueda. Y como seguidora, reconozco que soy muy intensa", aseguró la intérprete a su paso por el programa de televisión 'The Tonight Show'.
Sin embargo, la visceralidad con la que la estrella estadounidense vive todos aquellos partidos que puede seguir desde el propio pabellón le ha llevado a perder los nervios en más de una ocasión, hasta el punto de que, como ella misma confiesa, no tiene reparo alguno en insultar al árbitro cuando se encuentra fuera de control.
"Hay veces en las que no puedo evitar gritar todo tipo de cosas al árbitro. Que si eres feo, que si apestas, que si eres muy cruel, que si esos pantalones son demasiado apretados. Cualquier cosa me vale, solo quiero ser una más en ese ambiente", bromeó en la misma conversación.
Su condición de temible forofa no es otra cosa que el resultado de la estrecha relación que su familia ha mantenido siempre con este deporte, una pasión que su padre trató de inculcarle a ella y a sus cuatro hermanos durante su infancia, pero que en su caso nunca se materializó en una gran habilidad para driblar y meter canastas.
"Mi padre jugó en el Marquette bajo la dirección de Al McGuire y mis hermanos siempre han sido muy buenos, pero yo no tuve esa suerte", explicó en la misma conversación.
FUENTE: Showbiz