El pasado noviembre Liam Payne y Cheryl Cole confirmaron sin hacer ninguna declaración los rumores que ya llevaban semanas circulando, es decir, que ambos estaban esperando su primer hijo juntos acudiendo a un acto benéfico celebrado en Londres en el que la cantante lució una más que evidente barriguita de embarazada con un ajustado vestido.Y así fue precisamente como Jean Bernard Fernandez-Versini, el exmarido de Cheryl, descubrió que la intérprete iba a estrenarse en la maternidad. 4w2z8
"Es curioso, así fue como me enteré yo", confiesa el empresario en su primera entrevista tras la mediática separación que protagonizó con la intérprete, a pesar de la cual parece alegrarse genuinamente de que su exmujer se encuentre en estado de buena esperanza.
"La llegada de un bebé siempre es algo maravilloso. Actualmente suceden tantas cosas tristes, que el mero hecho de que alguien cree una nueva vida ya hace del mundo un lugar algo mejor", añade.
A diferencia de su ex, que rehízo su vida sentimental junto al joven ídolo musical menos de un año después de poner punto final a su matrimonio, Fernandez-Versini no tiene prisa por volver a encontrar el amor, ya que considera que este aparecerá cuando menos se lo espere.
"Si existe alguna manera de 'estructurar' mi corazón para que no vuelva a enamorarme de la misma forma en que lo hice, por favor, que alguien me lo explique, pero no creo que sea posible. Cuando te pasa, te pasa, y eso es todo. Nunca he centrado mi vida en buscar el amor. Es algo que llega a mí. Estoy chapado a la antigua. Si forma parte de mi destino conocer a la persona adecuada, entonces lo haré. Y si no... pues me iré a casa", matizó.
Por su parte, Cheryl parece haber encontrado definitivamente junto a Liam la estabilidad en el plano personal que no le brindaron sus respectivos matrimonios con el hombre de negocios francés -cuyo apellido adoptó durante su breve unión- y, sobre todo, con el futbolista Ashley Cole, quien puso fin a cuatro años de vida en común con una sonada infidelidad que en su momento hizo correr ríos de tinta.