Aunque ahora es la viva imagen de la estabilidad como hombre felizmente casado, los peores momentos de la adolescencia y primera juventud de Justin Bieber han quedado de sobra documentados por los paparazzi y por sus encontronazos con la justicia.
"Tenía una sensación extraña, de seguir anhelando más. Era como si tuviera todo ese éxito y aun así pensara: 'Todavía estoy triste, y todavía me duele. Y todavía tengo un montón de problemas por resolver'. Y al principio creía que el éxito iba a hacer que todo se arreglara", confiesa en una nueva entrevista a GQ. "Para mí, las drogas eran un bálsamo adormecedor para poder seguir adelante".
En aquella época, Justin perdió el control de la visión que había construido para su carrera y lamenta haber permitido que muchas personas de la industria trataran de "beneficiarse" de sus "inseguridades" para convertirlo en alguien que "no quería ser". El artista, que había comenzado a consumir marihuana a los 13 años para lidiar con la presión de la fama, atribuye su salvación a su fe cristiana y a la influencia positiva de su esposa Hailey Bieber.
"Llegué a un punto en el que dije: 'Dios, si eres real, necesito que me ayudes, porque no puedo hacer esto yo solo. Estoy luchando muy duro. Cada decisión que tomo es por mi propio ego egoísta. ¿Qué es lo que quieres de mí? Pones todos estos deseos en mi corazón para que cante y actúe y haga música, ¿de dónde vienen? ¿Por qué está todo esto en mi corazón? ¿Qué sentido tiene? ¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Qué sentido tiene que esté en este planeta?", ha recordado Justin acerca del momento en que decidió hacer frente a sus demonios y comenzar a cambiar su vida.
FUENTE: RSS