Para quien camine por la West Houston Street, el Teatro Alameda, un edificio art deco con una marquesina de 26 metros (86 pies), se aproxima bastante a la visión que tuvo el empresario Gaetano "Tano" Lucchese cuando se inauguró la sala en 1949, pasando a ser la sala de cines y vaudeville en español más grande del país. Pero es solo la fachada, restaurada en el 2000 en lo que fue un primero paso de un proyecto que busca la reapertura de la histórica instalación. 6j593o
Adentro, el corazón de lo que alguna vez fue el "Pequeño México" muestra las consecuencia de más de dos décadas de abandono. Luce oscuro y polvoriento, lleno de muebles viejos.
Eso podría cambiar el año que viene si la nueva visión de Ernest Bromley se hace realidad.
Este mes se dio otro paso importante en el proceso de restauración al completarse las mejoras de los bastidores.
"Este es un sitio sagrado", sostuvo Bromley, un publicista de San Antonio que dirige la Alameda Theater Inc., una organización sin fines de lucro que es el principal arrendatario del Alameda, cuya propiedad está en manos de la municipalidad desde 1994. "Aquí actuaron todos los grandes artistas de le era dorada de México: Pedro Infante, María Félix, Vicente Fernández... Cantinflas estuvo aquí 11 veces. Este era el Pequeño México, con negocios, restaurantes y teatros".
"Aquí mismo tenías la radio KCOR, la primera Cámara de Comercio Mexicano-Estadounidense del país y el consulado mexicano. Gus García, abogado especializado en casos de derechos civiles, tuvo sus oficinas aquí. El edificio fue construido con acero mexicano. Fue un centro neurálgico del mundo hispanoparlante. Tano no fue un activista político, pero lo que hizo con su dinero fue activismo".
La fase inicial de la transformación de este teatro inactivo en un moderno espacio para las artes escénicas fue completada el mes pasado, según el San Antonio Express-News (http://bit.ly/1iaGYRW ).
Los trabajadores derribaron un muro para duplicar el tamaño del escenario e instalaron una moderna infraestructura capaz de recibir desde producciones de Broadway ambulantes hasta comediantes solitarios.
"Nuestra intención es dejar el teatro como era antes, modernizándolo y haciéndolo lo suficientemente flexible como para que pueda ser usado para la televisión, el teatro, conciertos, la ópera y los comediantes", expresó el arquitecto de San Antonio Kellis Almond, especialista en la restauración de viejos teatros y quien lleva años trabajando en el Alameda.
Diseñado por el arquitecto N. Straus Nayfach, el Alameda "ha sido descrito como uno de los mejores ejemplos de arquitectura mexicano-estadounidense de los Estados Unidos", de acuerdo con Almond.
El presupuesto de la remodelación es de 25 millones de dólares. La primera fase costó 7,1 millones --6 millones de bonos del condado de Bexar y 1,1 millones aportados por la municipalidad-- e incluyó los vestidores, las oficinas, el sector de la orquesta y un sector de cargas capaz de recibir camiones de 16 metros (53 pies).
"Me encantaría poder ver producciones como 'In the Heights' aquí, o a grupos como el Ballet Hispánico de Nueva York", expresó Bromley. "Me gustaría ver comediantes, sobre todo hispanos. Y películas, clásicos mexicanos que se estrenaron en el Alameda en sus buenos días. Me gustaría lanzar un festival de cine internacional. Y alquilarle las instalaciones a agrupaciones locales".
"No creo que podamos producir contenido propio al principio porque es muy caro", indicó.
El año pasado la Henry Ford Academy: Alameda School for Art + Design se instaló en el complejo del teatro, ocupando dos pisos de la emblemática Casa de México del International Building, donde se encuentra el teatro. La escuela, en la que no se paga matrícula, alquiló los pisos por diez años.
"El Alameda tiene una gran tradición, particularmente en la comunidad hispana y en esta parte de la ciudad", dijo el juez del condado de Bexar Jelson Wolff, quien era alcalde cuando la municipalidad compró el teatro en 1994. "Volver a abrir las puertas ha sido un proceso largo y complicado de 20 años. Todavía queda mucho por hacer. El asunto es conseguir fondos adicionales".
La segunda fase de la remodelación contempla una inversión de 7 millones de dólares destinados a mejoras mecánicas y eléctricas en el escenario y a una sala para los entremedios, con un nuevo concesionario. La tercera fase, también de 7 millones de dólares, contempla la restauración final de los famosos murales del teatro, los sistemas de calefacción y acondicionadores de aire, baños, carpintería, alumbrado y plataformas técnicas, y nuevos asientos.
"Queremos asientos más amplios, con más espacio para las piernas. La capacidad disminuirá de 2.500 personas a 2.000", dijo Bromley.
La última fase, de 4 millones de dólares, se enfocará en la iluminación del escenario, el sistema de sonido digital y las restauración del lobby y del mezzanine.
Bromley, no obstante, dice que por ahora ha recaudado apenas 50.000 dólares, mayormente de la venta de posters de cuadros del Alameda de Jesse Treviño.
El empresario es optimista y sueña con inaugurar el teatro en el 2015.
A lo largo de los años, no obstante, han pasado muchas fechas de reapertura sin que sucediese nada.
La pasión de Bromley por la restauración del Alameda es palpable. Visitó el teatro por primera vez a los 11 años y le quedó "una impresión imborrable".
"Este es un lugar muy especial para mí y mi familia", señaló. "El Alameda es un sitio único de San Antonio. Cuenta la historia mexicano-estadounidense. Personifica lo que somos".